Empresas de lavandería industrial, historia y evolución

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Empresas de lavandería industrial, historia y evolución

Empresas de lavandería industrial, historia y evolución

A medida que la era de la modernización ha avanzado, las empresas de lavandería industrial han alcanzado gran auge en muchísimos países. Hoy es cada vez más común observar como cadenas hoteleras, hospitales, restaurantes y corporaciones hacen uso de estas empresas dedicadas al lavado profesional.  

En España, esta actividad comercial genera más de cien millones de euros al año. Con la llegada del COVID-19, las franquicias de lavanderías han visto incrementar sus ganancias a niveles sorprendentes.

No obstante, todo este auge moderno en la industria del lavado automatizado de prendas de vestir no siempre ha existido. Antes, los servicios de lavandería eran de todo menos automáticos, ya que eran realizados mayormente por unos cuantos obreros usando métodos muy artesanales. Sin embargo, con el paso de los años lo que comenzó como una tarea doméstica evolucionó hasta convertirse en las grandes lavanderías de hoy.  Pero, ¿Cuál fue el origen de las lavanderías industriales? Y ¿Cómo han avanzado los métodos de lavado industrial con el paso de los años?

Las primeras lavanderías en el Imperio Romano

Las fullonicas, del latín fullonicae, era el nombre por el cual se conocía a las lavanderías o tintorerías bajo el imperio romano. Lejos de usar los potentes productos químicos empleados en las empresas de lavandería industrial actuales, los romanos usaban el amoníaco (Nh3). Esta sustancia derivada de la descomposición de la orina al ser mezclada con agua y cenizas, proporcionaba las propiedades detergentes necesarias para limpiar.

El proceso de lavado era bastante engorroso, ya que abarcaba varios procesos de limpieza para obtener el mejor resultado posible. Inicialmente, se realizaba una inspección de las prendas con el fin de encontrar rasgaduras u otros daños en las telas, para luego ser reparadas. Posteriormente, se procedía con el lavado de las piezas sumergiéndolas en lavabos y tanques llenos de agua con gran concentración de cenizas y amoníaco. Seguidamente, los fullones, como se les conocía a quienes trabajaban en las fullonicas, usaban sus pies para restregar la ropa y desarraigar el sucio.

Una vez desprendida toda la suciedad, las prendas eran devueltas a otros tanques llenos de agua para su posterior enjuagado. Cabe señalar, que en ocasiones también se usaba cierto tipo de mezcla de agua con barro o arcilla, para remover restos de grasa. Luego de pasar los procesos de lavado y enjuagado, la ropa era expuesta al aire libre donde el sol y la brisa la secaban. Aunque en esa  época todavía no se conocían métodos de planchado, algunos restos arqueológicos evidencian el uso de prensas para tal fin.

El carbonato de sodio y las primeras lavadoras

En 1789 el químico de origen francés, Nicolas Leblanc, descubre un método para la elaboración del carbonato de sodio a partir del cloruro de sodio. Con este nuevo descubrimiento, se abre el camino para el desarrollo de la industria química y el avance de las empresas de lavandería industrial. Cabe señalar, que el carbonato de sodio tiene propiedades blanqueadoras y desinfectantes, así como también, la capacidad para remover grasa y manchas en prendas textiles.

Desde su descubrimiento, el carbonato de sodio se convirtió en un componente básico de jabones y detergentes tanto de uso doméstico como industrial. Mientras todo esto ocurría, un puñado de hombres visionarios y entusiastas se unían en la carrera por patentar las primeras lavadoras de acción mecánica. En 1782 el británico Henry Sidgier consigue la patente para una lavadora de tambor de acción giratoria. A pesar de que su modelo no trascendió, si estableció los fundamentos de las lavadoras que conocemos hoy día.  

No fue sino hasta el año 1906, cuando apareció la primera lavadora eléctrica de la mano del ingeniero estadounidense Alva John Fisher. La lavadora tenía un pequeño motor eléctrico que hacía mover el eje del tambor. Esa novedosa invención impulsaría nuevas mejoras en los artefactos de lavandería doméstica. En el año 1911, la empresa americana Whirlpool comienza una gran producción de lavadoras de bajo coste. También, en ese año se inicia la fabricación del primer detergente de la mano de la empresa alemana Henkel.

De lavanderías automáticas a lavanderías industriales

Sin duda, los avances en la industria química y la ingeniería mecánica sentaron las bases para el establecimiento de las lavanderías de tipo comercial. Con la llegada de las lavadoras eléctricas comenzaron a surgir también las lavanderías automáticas y lavanderías de autoservicio. De esta manera, empezó a aumentar la demanda, no solo de personas particulares sino también de empresas hoteleras, restaurantes, hospitales y grandes corporaciones. 

En principio, las lavadoras eléctricas tenían un alto costo el cual no era accesible para la gran mayoría de las familias y personas particulares. De esta manera, se impulsó el negocio de las lavanderías, ya que al no poder adquirir una lavadora muchos acudían a los centros automatizados. 

Ya para mediados de la década de los 50, la voraz competencia del mercado fomentó la producción de lavadoras de bajo coste. Como consecuencia de eso, cada vez más personas pudieron tener una lavadora en su hogar. Aun así, ya el terreno estaba preparado para el crecimiento de las empresas de lavandería industrial.

El boom de las lavadoras automáticas generó una mayor oferta de los servicios de lavado profesional. Para finales del siglo XX comienzan a aparecer en algunos países las primeras franquicias de lavanderías, tales como, Aquamatic, CleanMaster, 5asec, MrJeff, entre otras. Actualmente existen en el mundo más de 100 franquicias de lavandería de autoservicio. 

La hostelería y la lavandería industrial

Junto con el avance de la sociedad hacia el modernismo también hubo un crecimiento exponencial en sectores como el turismo y los negocios. A su vez, se generó una gran demanda de empresas hoteleras y estas comenzaron a tener una aparición masiva en todo el mundo.  Mientras más cantidad de turistas y hombres de negocios, mayor cantidad de ropa que lavar. De ahí surgió la necesidad de cadenas y empresas de lavandería industrial dispuestas a cubrir las exigencias del mercado.   

A pesar de la creciente demanda de lavanderías, hubo algunos desafíos a superar en esta etapa de expansión. Entre algunos de estos obstáculos se encuentran los siguientes:

  • El costo de los servicios de lavandería era muy alto y algunos empresarios no estaban dispuestos a cubrirlo.
  • Muchas cadenas hoteleras optaron por comenzar a crear sus propias lavanderías internas para ahorrar gastos y así aumentar sus ingresos.
  • La gran producción en masa de lavadoras automáticas a bajo costo permitió que hoteles, restaurantes y hospitales prescindieran de las lavanderías.

Aun así, ni siquiera estos obstáculos lograron impedir  que el negocio de la lavandería industrial siguiera ganando terreno. Por el contrario, surgió una simbiosis interesante en la cual tanto el sector hotelero como el mercado de lavanderías crecían proporcionalmente. Hasta el día de hoy las lavanderías industriales siguen siendo la solución más rentable para muchas empresas y corporaciones.  

Resumen histórico de las lavanderías

A continuación, se encuentra un breve resumen cronológico de los principales sucesos que marcaron el origen y la evolución de la industria de las lavanderías. Desde el primer siglo de nuestra era hasta llegar a tiempos modernos.

  • A mediados del primer siglo comienzan a aparecer los primeros negocios de lavanderías en el imperio Romano bajo el nombre de fullonicas.
  • Entre los años 1500 y 1600 los lavabos y tinas de madera para el lavado de la ropa en casa son cada vez mas comunes.
  • En 1789, Nicolas Leblanc descubre el método para la elaboración del carbonato de sodio, el cual sería uno de los elementos principales en la elaboración de jabones y detergentes.
  • Ya para el año 1782 se patentan algunos modelos de lavadoras con motores electromecánicos.
  • A principios de 1900 se crea la primera lavadora con motor eléctrico por el ingeniero estadounidense Alva J. Fisher.
  • Una decada después la empresa norteamericana Whirlpool comienza la producción de lavadoras a bajo coste y la empresa alemana Henkel, produce el primer detergente.
  • A finales del siglo XX se establecen franquicias pioneras de lavanderías de autoservicio en Norteamérica y algunos países de Europa.

Empresas de lavandería industrial en tiempos modernos

A medida que se desarrollan nuevas tecnologías y aparecen mejoras en el campo de la ciencia, surgen también nuevos modelos de negocio.  Adicionalmente, la industria del marketing y la publicidad expanden aún más las posibilidades de muchos negocios de llegar a un mayor número de clientes. Este es el caso de las empresas de lavandería industrial, las cuales no son ni la sombra de las lavanderías que existían décadas atrás.  

Métodos como el centrifugado, planchado a vapor y la mejora del color son algunas de las innovaciones en el campo del lavado profesional. Por otro lado, la gran explosión demográfica de algunas ciudades y la expansión de servicios online han impactado en todos los sectores comerciales. Recepción y entrega de productos a domicilio, compras online y atención personalizada son algunos de los servicios disponibles globalmente. 


En definitiva, las lavanderías industriales han evolucionado a lo largo de los años hasta convertirse en uno de los sectores de mayor crecimiento. Cada vez más empresas se suman a la utilización de estos servicios y esa tendencia de seguro seguirá en alza. Solo queda por ver cómo los avances tecnológicos siguen transformando una de las actividades más antiguas del mundo.

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